Reconoce y evita los sesgos cognitivos

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El comportamiento humano no deja de ser interesante. En tanto que no sorprende que las decisiones amorosas y de familia, se vean dificultades por toda clase de factores emocionales, se suele esperar que otras decisiones, como las laborales y empresariales, se tomen de modo más racional. Pero no es así: en muchas decisiones, estamos expuestos a la influencia de los sesgos cognitivos.

¿Qué es un sesgo cognitivo?

Tomando en cuenta que la palabra «sesgo» significa entre otras cosas «inclinación u orientación de un asunto», inferimos que un sesgo cognitivo es la orientación que tiene nuestro modo de pensar, y que influye, muchas veces sin que lo percibamos, en nuestras decisiones. Es un «atajo» intelectual que se utiliza para tomar decisiones cuando no se dispone de mucha información.

Fue una noción desarrollada por Daniel Kanehman, que posteriormente ganó el Premio Nobel de Economía. Trabajó con Amos Tvesrsky y Richard Thaler.

En su web, Emilio Valcárcel hace una descripción detallada del concepto, sus alcances y tipos. Los sesgos cognitivos ponen en evidencia que el cerebro humano no siempre toma las decisiones de modo tan sensato y racional.

Si bien los sesgos cognitivos pueden inducirnos a decisiones erróneas, a veces funcionan como atajos que simplifican el proceso de decidir, pueden ser útiles. En este caso, suelen ser llamados «heurísticos».

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Ejemplos de sesgos cognitivos

Examinar todos los sesgos cognitivos sería una tarea titánica; sin embargo algunos son muy comunes y fáciles de reconocer. Aparecen aquí para que puedas identificarlos, y saber si has incurrido en ellos.

Sesgo de confirmación

Es probablemente, el más conocido de todos. Sencillamente consiste en atribuirle mayor validez a las opiniones y puntos de vista que confirman nuestras creencias.

Sesgo de autoservicio

Es el sesgo por el que una persona tiende más a tomar el crédito por una gestión exitosa, que la responsabilidad por una mala gestión; aunque haya tenido el mismo desempeño en ambos casos. El ejemplo clásico es el entrenador que se atribuye las victorias del equipo, pero achaca las derrotas a los jugadores.

Sesgo (o heurístico) de disponibilidad

Este sesgo hace que las personas tomen decisiones sobre la base de la información que tengan más a la mano, aunque haya otra información más detallada para tomar una mejor decisión. Se aprovecha mucho en los supermercados, cuando se colocan productos con precio rebajado en anaqueles más accesibles; aunque haya productos de mejor calidad, no mucho más costosos, en otros anaqueles.

Sesgo del presente

Este sesgo se hace evidente cuando preferimos recibir un cierto beneficio en el momento actual, que un beneficio mayor en un momento futuro. Es como darle un dulce a un niño, y decirle «Puedes comerte este dulce ahora, pero si esperas quince minutos, te entregaré otro». En no pocas ocasiones el niño preferirá no recibir el segundo dulce, solo para disfrutar el que ya tiene.

Sesgo del falso consenso

Consiste en la tendencia a pensar que aquellas opiniones que tenemos muy arraigadas son compartidas por mucha gente, cuando realmente no es así. Sucede con frecuencia con los prejuicios basados en la raza, sexo o nacionalidad.

¿Cómo liberarse de los sesgos cognitivos?

La mala noticia es que no puedes librarte de ellos. Como bien expone Emilio Valcárcel, son parte de nuestro proceso evolutivo, y nos dan una herramienta intuitiva para tomar decisiones.

La buena noticia, sin embargo, es que no tienes que librarte de ellos. Simplemente lo recomendable es seguir unas pautas para que los sesgos cognitivos no dominen tus procesos de decisión.

  • En primer lugar, debes reconocer que están allí, tratando de influir en tus opiniones y decisiones. Sabiéndolo, estarás preparado.
  • Debes contar con personas a tu alrededor que te ofrezcan opiniones diversas y no complacientes, para que puedas contrastar objetivamente. Si es necesario en tu empresa, contrata personal especializado en toma de decisiones.
  • Infórmate abundantemente antes de tomar una decisión crucial. El efecto de los sesgos cognitivos es más intenso hay incertidumbre, es decir, cuando la información para decidir es escasa.

Importancia de los sesgos cognitivos

Debido al modo en que los sesgos cognitivos distorsionan nuestra capacidad de emitir juicios y tomar decisiones, es de importancia crucial reconocerlos y reducir su impacto.

De hecho, a raíz de los hallazgos de Kanehman y otros, se ha desarrollado la disciplina llamada Economía del comportamiento, que ha permitido entender mejor los procesos de toma de decisiones, para reducir el impacto negativo que pudieran tener los sesgos cognitivos.

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