Los trabajos más comunes que realiza un cerrajero

En el momento en el que cierras la puerta de casa y te das cuenta de que te has dejado las llaves dentro o puestas, nos acordamos de lo importante que es contar con un cerrajero de confianza. Ciertamente, ésta es una de las tareas más habituales que realizan, abrir puertas.

Un trabajo que puede realizar en apenas unos minutos ya que no solo cuenta con la experiencia necesaria para ello, sino también con el equipamiento y las herramientas más adecuadas. Si necesitas una empresa de cerrajeros en Cádiz con los que poder contar para cualquier incidente, están disponibles durante las 24 horas.

También tienes disponibles cerrajeros en Puerto Real, cerrajeros en San Fernando y cerrajeros en Rota están a tu disposición y de la forma más rápida posible a lo largo de toda la provincia de Cádiz. Tendrás la seguridad de haber contratado a grandes profesionales del sector, con muchos años de experiencia y altamente cualificados, ya que cuentan con formación acreditada.

Aunque la apertura de puertas es la llamada más repetida que reciben, no es ni mucho menos la única labor que realizan. Tanto para un aviso de emergencia o una pequeña reparación en nuestro hogar, nave u oficina, es importante recurrir a los mejores cerrajeros.

Entre los servicios que cubren están, entre otros, la apertura y reparación de cerraduras, colocación de cerraduras de puerta, instalación de una cerradura maestra y amaestramiento de llaves, apertura de vehículos o desbloqueo de maleteros, reparación de puertas de garaje y apertura de cajas fuertes.

En definitiva, no se basa exclusivamente en abrir puertas si no que las funciones de un cerrajero van mucho más allá.

Breve historia de la cerrajería

Por regla general, el oficio de cerrajero se aprendía por herencia o de un mentor que enseñaba a su aprendiz. En la actualidad, existen escuelas especializadas en enseñar esta profesión.

Su origen se encuentra en los herreros, encargados de trabajar el metal con el que realizaban muchos instrumentos necesarios para la vida cotidiana, pero también fueron los encargados de fabricar llaves, cerraduras y ornamentos para las puertas en hierro.

Como curiosidad, en la Corte Real española los cerrajeros tenían título y era un oficio de estrecha confianza de los monarcas. A fin de cuentas, sobre ellos recaía la responsabilidad de la seguridad de los palacios, al fabricar las cerraduras y llaves, llaves que entregaban a los criados más cercanos a la familia real.

Para acceder a este oficio se le tomaba juramento a la persona, de que no daría ninguna llave o utensilio que pudiera abrir alguna puerta, promesa bajo pena de muerte. Este hecho estuvo vigente hasta la época del reinado de Isabel II de España que terminó en 1868.

Por su parte, en escritos antiguos se apunta a que los inventores de la cerradura fueron los chinos y los egipcios, y que rápidamente se extendió a otras civilizaciones como los asirios y los griegos.

Asimismo, los romanos hicieron su aportación e inventaron el tipo de cierre que conocemos como ‘vuelta de llave’, una cerradura que aportaba mayor seguridad. En los inicios, las cerraduras eran fabricadas de madera, mucho más barata que el hierro. De la misma manera, la utilización de candados es también algo antiquísimo.

Desde la antigüedad ha existido la preocupación por la seguridad y protección, y así surgió la necesidad de realizar cerraduras y llaves para las puertas. A lo largo de los años y hasta nuestros días, su evolución ha sido extraordinaria en cuanto a mejoras, en diseños y eficacia en llaves y complejas cerraduras, que cuidan de aquello que más apreciamos.

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