Claves y recomendaciones para la inserción laboral de personas con discapacidad
Según datos de Odismet, el Observatorio sobre Discapacidad y Empleo, en España hay 1,86 millones de personas con discapacidad en edad de trabajar. De todas ellas, solo 481.000 están ocupadas, lo que apenas representa un 25.9% del total. Un porcentaje que ilustra las dificultades de este colectivo para acceder a un puesto de trabajo y que demuestra que la inserción laboral de personas con discapacidad aún hoy es un reto.
Para las personas con discapacidad y/o movilidad reducida el empleo no solo supone una fuente de ingresos, sino que también constituye una de las principales formas de inclusión social. Al acceder a un puesto de trabajo estos profesionales se sienten útiles y ganan autonomía. Para ello, el cumplimiento por parte de las empresas de la ley de
integración laboral es fundamental.
¿Qué dice la ley sobre la inclusión social de las personas con discapacidad?
Según la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad y de su inclusión social (Real Decreto Legislativo 1/2013 de 29 de noviembre), aquellas empresas públicas y privadas que emplean a 50 o más trabajadores están obligadas a que, al menos, el 2% de éstos tengan el certificado de discapacidad , es decir un
porcentaje de discapacidad igual o superior al 33%.
Sin embargo, muy pocas empresas cumplen con este 2% y la gran mayoría terminan decantándose por medidas alternativas como la compra de bienes y servicios a un Centro Especial de Empleo o la donación a fundaciones y asociaciones para actividades de inserción laboral y creación de empleo para personas con discapacidad.
Esto a pesar de que para evitar la exclusión social de personas con discapacidad y promover su contratación, las empresas tienen derecho a una serie de ventajas económicas y subvenciones.
4 claves para la inserción de personas con discapacidad en el mercado laboral
Un nivel de formación cada vez más completo y especializado, y su actitud convierten a las personas con discapacidad en un gran filón de talento, diversidad y beneficios económicos. Su contratación puede parecer un desafío para la empresa, pero te damos las claves para que sea un éxito.
1. Instalaciones accesibles: la mayoría de personas con discapacidad sufren algún tipo de limitación física, por lo que hay que eliminar cualquier barrera arquitectónica. Las empresas pueden facilitar el día a día de estos empleados habilitando plazas de aparcamiento reservadas, adaptando los aseos o instalando plataformas salvaescaleras. Hay que asegurar la accesibilidad universal, que es una condición que deben cumplir los entornos, procesos o bienes para ser comprensibles, utilizables, y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad, de la forma más autónoma y natural posible.
2. Asistencia personal: permite un desarrollo profesional pleno con la flexibilidad necesaria para que la persona con discapacidad pueda adaptarse a las necesidades del puesto de trabajo, permitiéndole enfocarse en sus funciones en igualdad de condiciones y de forma totalmente autónoma que con el resto de la plantilla.
3. Opción del teletrabajo: el trabajo a distancia también es una oportunidad que para muchas personas con discapacidad puede ser la diferencia entre trabajar en igualdad de condiciones o no poder hacerlo. Esta opción permite el desarrollo y la calidad del empleo, y crea más expectativas de ocupación. La posibilidad de poder trabajar a distancia de forma parcial o total es muy importante, ya que es un elemento facilitador para la autonomía personal.
4. Beneficios para las empresas: la contratación de personas con discapacidad repartirá en importantes beneficios para la empresa que van más allá de lo económico. Contar con este colectivo contribuye a construir una empresa mejor, más diversa, accesible y humana. Es fundamental que se adquiera conciencia de la importancia social que tiene incorporar diversidad y discapacidad en las organizaciones.